Skholè

Fue el sociólogo Pierre Bourdieau quien rescató la definición griega de la skholè como el tiempo libre de presiones del mundo que hace posible una relación libre y liberada en función de nuestras necesidades. Se trata de una condición necesaria para la existencia de todo campo intelectual (desde la filosofía hasta el oficio artístico), ya que es en este espacio donde nos mostramos como realmente somos. Ea, pues, aquí comparto mi "skholè"

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FOTOGRAFÍA: Cotufas (37/366)

Hablar un mismo idioma no siempre garantiza el resultado de entendernos. Cuando me mudé a España, madre patria y cuna de mi idioma materno, me resultó curioso lo complicado que resultaba a veces entender lo que me estaban diciendo.

Luego del primer shock de acostumbrar a mi oído a un "siseo" distinto y a unos sonidos de las "ges" más fuerte, tocó hacerme con un léxico y unas expresiones totalmente diferentes. Y cuando yo aludía a que "en mi país se decía de otra forma", siempre había uno que saltaba "es que ésa es una variación que 'vosotros' se habéis inventado".

Cambié el "ok" por el "vale", el "ci-dí" (CD) por el "ce-dé", el "di-vi-dí" (DVD) por el "de-uve-dé", la "computadora" por el "ordenador", el "celular" por el "móvil", el "almuerzo" por la "comida", el "carro" por el "coche", el "anteproyecto de tesis" por "tesina", las "pasantías" por "prácticas", el "jugo" por el "zumo", el "limón" por la "lima", el "pimentón" por el "pimiento", la "rumba" por "marcha", el "pararme" por el "levantarme"...

Aunque me decían que nosotros "estábamos muy americanizados", es curioso como también tuve que cambiar "mercadeo" por "márqueting" (sí, sí, con acento y todo), "estacionamiento" por "párquing" y "rompecabezas" por "puzzle".

Incluso, me enteré que mi idioma materno no era el "español", sino el "castellano".

Recuerdo la primera vez que fui al cine y pedí "cotufas", en vez de "palomitas". Todos me miraban con cara de circunstancias. Mi compañero de piso muerto de risa me preguntaba que de dónde había sacado esa palabra. Al final, me piqué tanto que busqué su origen y resultó provenir del "castellano antiguo". Por primera vez, podía argumentar que la palabra que yo solía emplear, mi palabra, era mucho más antigua y original que la que se usaba aquí. 

Por eso y desde entonces, me encanta que me pregunten qué son las "cotufas"...




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