FOTOGRAFÍA: Haciendo camino (43/366)

Hoy fue un día muy importante para los venezolanos que queremos un cambio para el país.

Nunca he sido partidaria del proyecto de Chávez. No creo en la eficiencia de los gobiernos militarizados (no porque los militares sean ineficientes, sino porque los creo preparados para estrategias más relacionadas con la batalla que no en las propias y necesarias para gerenciar un país). 

Me considero una persona justa. Odio las discrecionalidades y los prejuicios. Siempre abogo más por meritocracia que por la "buena fe" y las buenas intenciones, ya que sabemos que estas últimas, pueden quedarse en eso y carecer de acciones.

Estoy cansada de que mi país caiga en la trampa de líderes carismáticos y populistas, que se aferre a la teta del petróleo como única fuente de riqueza y siga siendo tan ingenuo en creer que es necesaria una figura mesiánica que nos guíe por el buen camino. 

Me molesto con los que quieren hacerle creer a las personas más necesitadas que ellos pueden ayudarlos a salir de la pobreza y/o mejorar su calidad de vida, a base de promesas e ideologías anacrónicas. 

Tampoco me considero una persona de mente cerrada. Independientemente de la antipatía o simpatía que pueda despertarme una persona, siempre estoy abierta a escuchar propuestas y sobretodo reconocer cuando me he equivocado. 

Sin embargo, durante estos 14 años de Chávez en el poder, las cosas positivas que se han hecho no compensan, en absoluto, la situación que se vive en Venezuela actualmente. ¡Qué cosa maravillosa hubiese sido que Chávez nos hubiese podido convencer a todos!

Precisamente porque se acabaron las concesiones, el día de hoy muchos venezolanos (más de 3 millones), superando incluso las previsiones más optimistas, fuimos a votar para proponer un cambio. Queremos unidad, respeto, progreso, libertad... ¿es tan difícil entenderlo?